Jonas Marinel

Conocí a Jonas Marinel hace 3 años, en la trienal de Bergamo. Desde el primer momento me llamó la atención su trabajo a medio camino entre el arte conceptual, la literatura y las bases de un surrealismo adaptado a los nuevos tiempos. Sus trabajos comprenden una vasta serie de instalaciones que parten de la literatura pero que se insertan en la vida diaria. Digamos que el suyo es un proceso contrario, lee para escribir en la vida de las demás personas. A él debemos aquellos 3000 libros de la hojarasca de Gabriel García Márquez editados en los sesenta rodeando sin orden aparente un árbol enorme en París. También debemos esa "muralla china" de 5 kilómetros con el libro Rojo de Mao alrededor del barrio de Fort Pienc en Barcelona, o los 500 barcos de papel arrojados al danubio, con las hojas de la celebre novela de Claudio Magris. Y no digamos ya, su memorable traducción al Catalán del los poemas de Octavio Paz vía INTERNOSTRUM y luego enviada a Normalització Lingüística para su posterior corrección. Obra que no sólo recordaba la máquina de hacer poemas de Fluxus, sino que además ironizaba sobre la idea de Paz, en la cual sostenía que un traductor era un poeta, con esta obra Jonas, hace poeta al programa de traducción y a la institución que normaliza la lengua en Cataluña. Recientemente volví a visitar a Jonas en su natal Weiße Länder, ahí se encontraba trabajando en su próxima idea sobre el hombre sin atributos de Musil. Siempre irónico dijo no recordarme, y me volvió a hablar de las mismas cosas que hablamos la primera vez, con tal exactitud repitió lo dicho que al final al despedirme me comento que en realidad nada había cambiado desde la ultima vez que nos vimos. Se que en el fondo citaba algo, pero aun no se que.


3 comments:

Juan Ignacio said...

M'encanta cabró!! Aquí et deixo el meu comentari poètic, via INTERNOSTRUM!!

Petons!!

El pana Juan

mondi said...

http://trikinhuelas.com/archivos/2008/11/17/jonas-marinel/

lix said...

Normalització Lingüística un poeta, te has lucido Marinel.
Me tienes como fan incondicional hasta el últimos de tus o mis días.